Bienvenid@, aquí hablo de running, trail y entrenamiento.
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Amanece por Chiva. Maratón nocturno 2024. Crónica y vídeo

Más bien diluvia por Chiva…

Sábado 8 / junio / 2024 Chiva (Valencia)

Distancia: 45,6km. Finalmente 42.2km., la organización suprimió un cerro por mal tiempo, no tenían nadie allí arriba.

Desnivel: 2480m. d+, finalmente mi reloj marcó 2340m.

Tiempo: 6h 42′

Posición: 42 de la general. 97 inscritos – 67 llegaron a meta.

Marcada en mi calendario desde hace bastante tiempo porque era la única carrera larga por montaña cerca de casa y en junio. La carrera empieza las 21h., pero me viene bien también como preparación y para practicar la noche con el frontal, de cara a otra carrera dentro de un mes que me llevará día y noche, la CDH en Vall d’Arán.

En esta «aventura», me uno a Ismael, Fini, Puche, López y Pedro Salcedo. Los tres primeros van a la carrera de 27km. y López, Pedro y un servidor a la maratón.

Recogemos dorsales, dejamos mochilas en guardarropa y nos llevan en autobús a otro lugar para dar la salida. Apenas veinte minutos en autobús para llegar, y llegamos a la zona de salida, nos toca esperar 1h y 20′ en medio del monte a que den la salida… al menos podemos saludar a nuestros compañeros de la carrera de 27 km.

Pero lo peor está por llegar, allí esperando y a partir de las 20h. el cielo empieza a cerrarse, a oscurecerse. Y realmente ignoramos «la que se nos viene encima». Un día antes la predicción apenas da unas gotas las tres primeras horas de carrera. Pero una aplicación de móvil, «alarma de lluvia» ya me indica que se nos viene una tormenta encima de gran perímetro que nos va a alcancar sin lugar a dudas. Y allí seguimos, la tormenta que se acerca y esperando que sean las 21h. para que den la salida…

No sé qué información tenía la organización, pero con al menos 1 hora de antelación a la salida ya se debería saber que venía una gran tormenta y la carrera se debería haber suspendido. Yo sinceramente tampoco sabía muy bien lo que se venía encima. Apenas llevaba un cortavientos para ese pequeña fina lluvia que se convirtió en tormenta.

El «planazo» de sábado noche comenzó a las 21h., justo empezamos a correr cuando la lluvia hizo acto de presencia. Al principio risas nerviosas entre la gente, después con los primeros rayos y truenos, empezamos ya a tragar saliva…

Y finalmente la tormenta… llueve tanto que apenas puedo ver lo que llevo delante, así que solo puedo mirar para abajo y fijarme en cada paso que doy para no despeñarme.

En mis planes no está el retirarme, sobre todo mentalmente necesito saber que soy capaz de superar esto de cara a «lo que se me viene encima» al mes siguiente. Físicamente me encuentro muy bien, pero lógicamente me preocupa mucho que esta tormenta dure mucho porque apenas llevo ropa.

Después de la primera subida llega la primera bajada, y aunque la afronto muy despacio, me cambio el frontal, a otro con más lúmenes, porque prácticamente no veo nada. «Así mucho mejor» pienso.

Una vez superado el primer escollo, decido intentar alcanzar al compañero Pedro Salcedo, y para ello aumento bastante mi ritmo. Un barranco, una subida por pista interminable, una bajada técnica, y no hay manera de alcanzarlo. Sus piernas de «centauro» hacen justicia y aunque no desisto no conseguí alcanzarlo en toda la prueba.

Después de aproximadamente 2 horas y media la tormenta cesa, y aunque el terreno está resbalazido, ya podemos correr más tranquilos. LLevando siempre cuidado de no tropezarme en ninguna bajada.

LLegado la segunda mitad de la carrera, con tan solo 100 participantes en la prueba, intento en la noche tener al menos a la vista a algún corredor por delante o por detrás, porque aunque llevo el track en el reloj me siento así más seguro de que no voy perdido.

LLegó a meta en 6h 42 minutos, bien fisicamente, pero sobre todo liberado de la presión que tuvimos las primeras horas de carrera. En meta nos espera Puche, y los aplausos de la organización y algunos finishers previos que quedan a las 3h 42 de la mañana. En la ducha me encuentro a Pedro, se «enganchó» a dos corredores que fue con ellos toda la carrera. Ducha de agua tibia, al menos no esta fria, y bocadillo de tortilla de patata que me sienta de lujo. Vuelta a casa, volvemos de «fiesta» a las 6h de la mañana, unos de la discoteca, otros de la montaña, para lo que hemos quedado jajaja.

Por último felicitar a mis compis de viaje por la «hazaña» de acabar su prueba también bajo la tormenta, Ismael, Puche y Fini. Y al «López» por volver a ser finisher en una prueba larga y Pedro Salcedo por su tiempazo.

Salud y montaña.

Os dejo aquí el vídeo que grabé antes de la prueba, y durante los primeros compases de la prueba cuando empezó el diluvio universal